Redes sociales, internet, correos electrónicos, blogs, facebook, tuenti, etc. etc. son palabras que ya comenzamos a utilizar a menudo.
Sin duda los avances en comunicaciones han sido vertiginosos en pocos años. Yo, que tengo 40, aún me considero joven, a pesar de que el tiempo pasa inexorablemente para todos/as. Sin embargo alguno de mis recuerdos parecen ser ya arcaicos en estas cosas.
Recuerdo con muchísimo cariño cuando con 14 años iba a casa de Moisés Barrera cada verano a “hablar por la emisora”. La memoria, dicen que es selectiva y por razones que desconozco todavía recuerdo cual era el nombre técnico (indicativo) que Moisés utilizaba para identificarse: Eco Alfa 4 CHK (Charlie Hotel Kilo) o Cacereño Haciendo Kilómetros como él solía decir. Esto de cambiar el alfabeto radiofónico lo solían hacer a menudo todos los radio aficionados. Así pude escuchar a mi buen amigo Manolo Pavón que era Eco Bravo 4 BQP (Bravo Québec Papa), o como él dice Barbas Que Pican. En aquellas noches era mágico hablar con Portugal, Francia o Alemania. Una noche llegamos a hablar con Argentina. Mosiés tenía una inmensa colección de postales que le mandaban los que habían hablado con él por la emisora y a mí todo aquellos me parecía mágico.
Hoy en día comunicarte con EEUU o con China no tiene mayor trascendencia, incluso a través de una video llamada, pero en aquel verano, en el que los teléfonos estaban cableados y no se movían de la mesilla y por supuesto no tenían agenda incorporada, yo sentía una extraña sensación de modernidad tecnológica.
En Brozas, de hecho, hubo una asociación de radio aficionados. Las emisoras eran mucho menos potentes, tenían un alcance de un par de kilómetros y solo valía para hablar con los del pueblo y en carretera. Las noches despejadas, si te subías al depósito del agua conseguías hablar con alguien de Cáceres que estuviera en la Montaña. Los nombres nos los poníamos nosotros, yo era “Estación Saxo” alguno de mis amigos eran “Estación Alemania, Bruto, Oso, Halcón callejero...”
Creo sinceramente que no hay que olvidar nuestro pasado para poder construir el futuro.
Sin duda los avances en comunicaciones han sido vertiginosos en pocos años. Yo, que tengo 40, aún me considero joven, a pesar de que el tiempo pasa inexorablemente para todos/as. Sin embargo alguno de mis recuerdos parecen ser ya arcaicos en estas cosas.
Recuerdo con muchísimo cariño cuando con 14 años iba a casa de Moisés Barrera cada verano a “hablar por la emisora”. La memoria, dicen que es selectiva y por razones que desconozco todavía recuerdo cual era el nombre técnico (indicativo) que Moisés utilizaba para identificarse: Eco Alfa 4 CHK (Charlie Hotel Kilo) o Cacereño Haciendo Kilómetros como él solía decir. Esto de cambiar el alfabeto radiofónico lo solían hacer a menudo todos los radio aficionados. Así pude escuchar a mi buen amigo Manolo Pavón que era Eco Bravo 4 BQP (Bravo Québec Papa), o como él dice Barbas Que Pican. En aquellas noches era mágico hablar con Portugal, Francia o Alemania. Una noche llegamos a hablar con Argentina. Mosiés tenía una inmensa colección de postales que le mandaban los que habían hablado con él por la emisora y a mí todo aquellos me parecía mágico.
Hoy en día comunicarte con EEUU o con China no tiene mayor trascendencia, incluso a través de una video llamada, pero en aquel verano, en el que los teléfonos estaban cableados y no se movían de la mesilla y por supuesto no tenían agenda incorporada, yo sentía una extraña sensación de modernidad tecnológica.
En Brozas, de hecho, hubo una asociación de radio aficionados. Las emisoras eran mucho menos potentes, tenían un alcance de un par de kilómetros y solo valía para hablar con los del pueblo y en carretera. Las noches despejadas, si te subías al depósito del agua conseguías hablar con alguien de Cáceres que estuviera en la Montaña. Los nombres nos los poníamos nosotros, yo era “Estación Saxo” alguno de mis amigos eran “Estación Alemania, Bruto, Oso, Halcón callejero...”
Creo sinceramente que no hay que olvidar nuestro pasado para poder construir el futuro.
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