¿Quién no ha oído alguna vez que en las ferias siempre llueve? Son de esas cosas que uno no puede explicar por qué suceden. Hace unos días teníamos un sol radiante y ahora caen chuzos de punta. Hay quién dice que es porque se “menean a los santos” y otros que aseguran que el agua la traen los feriantes. En cualquier caso el agua la necesitábamos para que no se cortase la primavera y para que el campo nos de alimento para nuestro ganado. También ha ayudado a que los padres podamos ahorrar alguna que otra ficha de los “cacharritos” y para que los bares puedan aprovecharse de que no hay quien pare en la calle. A mí, me gusta ver nubes en el cielo, es como si pudieras mirar constantemente un lienzo que no para de cambiar. Si a esto le unes que tenemos una de las puestas de sol más bonitas del mundo te das cuenta de que el agua es vida y de que Brozas es un sitio fantástico se mire por donde se mire.
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