Un 22 de Marzo, una orquestación,un ejército de ocupación y dos millones de dignidad.

El 22 de Marzo, a eso de las 10 de la mañana hora peninsular, llegamos a Cáceres. En el autobús hablamos de política, de cómo el gobierno no estaba legitimado por el simple  hecho de haber ganado las elecciones. De como la democracia radica en el pueblo y si el pueblo ve que el compromiso adquirido no se cumple, el pueblo está legitimado para manifestarlo en la calle y para desligitimar al gobierno. De que el hecho de haber ganado las elecciones no da "patente de corso" para que los gobernantes de turno puedan ofender y maltratar a su pueblo y mucho menos robarles y privarles encima de la libertad para protestar y rebelarse llegado el caso. 

Pero como el viaje fue de 4 horas, nos dio tiempo a hablar de la unidad de la izquierda, de lo necesario que es hacer un frente común ante tanta tropelía y por supuesto nos dio tiempo también a hacer autocrítica. En un momento de la conversación recuerdo la reflexión que hicimos sobre como los distintos medios de comunicación, al servicio de los poderosos del PP y del PSOE y estos a su vez, al servicio del poder económico, tratan de generar constantemente que se nos vea como radicales y una organización desorganizada y desestructurada. Comentamos por ejemplo, que lo que se vende como algo estupendo (Monago discrepa de la ley del aborto en contra de las directrices de su partido) se vende como algo pernicioso que en izquierda unida de Extremadura haya diversidad de opiniones o discrepancias internas sobre las decisiones que se van tomando, en definitiva, se consigna como algo malo que haya democracia interna dentro de nuestra organización. Llegamos a la conclusión de que esta es la sociedad que tenemos, y este es el modelo que tenemos que tratar de cambiar. Sin embargo, fuimos todo el viaje emocionados/as por poder participar en un hecho que sin duda iba a ser histórico por muchas razones.

A las 12 llegamos a Navalmoral e hicimos una pequeña parada para saludar a los/as compañeros/as que llegaban desde distintos puntos de nuestra región. Aproximadamente a las 12:30, los trece autobuses fletados por izquierda unida Extremadura hacían una larga columna y sin más demora nos dirigimos a Madrid.

Eran aproximadamente las 14:20 cuando llegamos a Plaza de España. Allí nos juntamos con los compañeros/as de izquierda unida Federal y del PCE, así como con los broceños que nos esperaban en Madrid. La emoción fue tremendamente intensa cuando a las 15:00 horas, toda la columna de izquierda unida y del PCE avanzábamomos por la gran vía, que estaba cortada al trafico. Fue un paseo alucinante... histórico...¡¡¡SI SE PUEDE!!!...¡¡¡QUE VIVA LA LUCHA DE LA CLASE OBRERA!!!...¡¡¡SUIZA NO ES UNA COMUNIDAD AUTÓNOMA!!!...las consignas se repetían una y otra vez, ya que el objetivo era claro: "No al pago de la deuda. Ni un recorte más y fuera los gobiernos de la troika"

Atocha, Cibeles, Colón y Neptuno fueron espectadores de lujo de cómo dos millones de personas, de forma absolutamente pacífica, decían ¡¡¡QUE NO, QUE NO NOS REPRESENTAN!!!...pero no fueron los únicos espectadores. Los antidisturbios, colocados a ambos lados del camino, más parecidos a un "ejército de ocupación" que a fuerzas del orden público, nos observaban y casi podíamos adivinar en sus rostros y en sus uniformes tipo "armadura Robocop", que aguardaban la orden para intervenir de forma inmediata. El helicóptero que nos sobrevoló (del que todavía no hemos visto las imágenes que ha tomado), fue testigo de que aquella manifestación estaba formada por las mareas verdes en defensa de la educación, blancas en defensa de la sanidad, rojas en defensa de la democracia, por los afectados por las preferentes, por los deshaucios, sindicalistas, parados etc...pero sobre todo, esta movilización estaba formada por ciudadanos/as, pensionistas, niños/as, abuelos/as...gente de la calle, como tú y como yo querido/a lector/a y a las 20:20 (quizás porque era una hora fácilmente recordable para una intervención militar) se comenzó a decir por parte de la policía  que la manifestación podía durar hasta las 21:30 e inmediatamente después los antidisturbios cumplieron la orden del gobierno...DISOLVER LA MANIFESTACIÓN...y sin motivo alguno, la policía cargó contra los manifestantes.

Los hechos violentos que estaban ocurriendo en ese momento era que  la Orquesta Solfónica del 15 M estaba tocando Nabucco de Verdi y el Canto a la Libertad de Labordeta.

Ante esta carga represiva la Orquesta dejó de tocar al tiempo que mostraban sus instrumentos y partituras mientras gritaban: "¡¡¡Estas son nuestras armas, estas son nuestras armas!!!".Sin embargo, las pelotas de goma no dejaban de volar por el aire...y es que se ve que que una viola o un chelo pueden ser armas muy peligrosas.

Mientras todo esto ocuría alguien gritaba desde el escenario "¡¡¡Recordamos a la policia que está interfiriendo un acto totalmente legalizado y que abandone la plaza, que está siendo objeto de una agresión ilegal. Estamos concentrados legalmente, hagan el favor de abandonar inmediatamente la plaza por favor, no ha terminado este acto, y está totalmente legalizado!!!"

Lo que ocurrió después fue simplemente estremecedor, la gente gritaba:"¡¡¡fuera, fuera, fuera...qué vergüenza, qué vergüenza, qué vergüenza!!!", mientras que el coro, con el ruido de los disparos a modo de metrónomo cantaba entusiasmado y asustado:"Habrá un día en que todos, al levantar la vista, veremos una tierra que ponga libertad".

Quién sabe si quizás el gobierno temía a la música, a la cultura, a la educación...personalmente creo que el temor del gobierno residía precisamente en el éxito de la movilización. Creo rotundamente que el gobierno actuó temeroso del poder popular...temeroso de que la falsocracia quedara al descubierto...temeroso, en definitiva, de sí mismo. Y cuando un gobierno teme a su pueblo se vuelve autoritario, represivo...y muestra su verdadera cara.

Y esto es lo que puedo decir de lo vivido ayer. Una actuación pacífica del pueblo, reprimida duramente por su opresor, que en este caso es el gobierno que se supone debe defenderlo.

Ya en el autobús, mientras contemplábamos la dolorosa herida que una pelota había dejado en un compañero, nos sentíamos  traicionados. Las instituciones no pueden estar para esto, para defender a los poderosos y para oprimir al pueblo y ni siquiera darle la opción de poder expresarse en la calle. Pero al mismo tiempo me siento feliz, porque he visto que España no está adormilada, que no se deja engañar y de nada les va a servir a los "medios de comunicación" tratar de ocultar lo ocurrido.

Desde luego que ¡¡¡SI SE PUEDE!!!

Salud y República

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